5/4/09

capítulo treinta y cinco

Luces y sombras. Nuestra vida puede ser muy colorida, pero al llegar la noche, el arco iris deja paso al claroscuro. Dos tonalidades que se mezclan entre sí en una enorme gama de matices. Lo que veíamos tan claro por la mañana, se vuelve confuso al caer el sol. Justo cuando estábamos más seguros de acertar nos damos cuenta de que podemos fácilmente confundirnos. Por eso siempre necesitamos algo que nos ilumine y nos saque del error.


-Espero que lleguen pronto, esto no hay quién lo aguante.- Marta se tapaba las orejas con las manos. El sonido de la alarma había empezado muy flojo, pero conforme pasaba el tiempo, el volumen se había ido elevando. Aunque se habían metido en el coche, era imposible no oírlo.


-No seas quejica. Esta no es de las más fuertes. Recuerdo una vez…- Se interrumpió.


-Brusss!- Desde fuera del coche les llegaba un ruido muy definido, como de alguien que caminara sobre gravilla.


-¿Has oído eso?- Marta bajó la ventanilla.- Creo que viene de ese lado del muro. - Asomó la cabeza - No veo a nadie. ¡Ay, esa horrible alarma! Podrías haber tenido una idea que sólo te diera dolor de cabeza a ti, digo yo.


-Calla, que no me dejas oír.


-¿Qué yo no te dejo oír?


-Y encima se ha hecho de noche. – Salva abrió la guantera.- ¿No había una linterna por aquí?- Rebuscó.


-¡Brusss!, ¡Brusss!


-¡Otra vez!- Marta señaló a la verja- Viene de allí. Pero no hay nadie. Salvo que sea el hombre invisible.


-Si, un hombre invisible con bigote- Salva había encontrado una pequeña linterna de bolsillo y dirigía el haz de luz hacia la verja. Dos puntos brillantes aparecieron a pocos centímetros del suelo. Era un gato.

-Pues de este no esperes cobrar.


-De este no, pero a lo mejor de ese sí.- Apagó la linterna justo en el momento en el que dos faros enfilaban la carretera en dirección a la nave. Un coche oscuro se dirigía con mucha velocidad hacia la verja. Al entrar en el recinto apagó los faros.


-¡Lo tenemos!- Marta empezó a abrir la puerta.


-Espera.-Salva le tapó la boca.- No viene sólo- Una luz se había encendido en el interior del coche dejando ver la cara del conductor - ¡Ese es Pablo-no-se-qué! Se va a enterar.


-Todavía no.- Ahora era Marta quién le tapaba la boca- Quiero saber quién es el otro- En el asiento del acompañante se dibujaba la silueta de un hombre. Parecía relajado, porque tenía el asiento echado hacia atrás y los pies cruzados sobre el salpicadero. Estaba leyendo La Monda. No podían verle la cara porque la ocultaba con el periódico abierto.


-Mira, ese va para adentro - Pablo no-se-qué había abierto la portezuela para bajarse del coche y estaba ya entrando por la pequeña puerta lateral.



-¡Brusss! ¡Bruss!.- El gato también había entrado en el recinto y se dirigía al coche.


- Tiene hambre. Espero que le gusten las cucarachas.


-Creo que le gustan más los cocodrilos. Mira – Salva señaló el coche. La puerta de atrás estaba también abierta, pero no se había dado cuenta hasta que el gato había pasado por debajo de la del conductor, moviéndola ligeramente con el lomo. Un par de zapatos hacían de barrera por debajo de ella y no dejaban que el animal siguiera avanzando - ¿Ves? ¡Hay alguien más en el coche!


-¡Maaaau!- El gato había dado un respingo. El dueño de los zapatos había intentado darle una patada, pero al hacerlo se había echado un poco hacia delante y la luz cenital del coche dejó, por unos segundos, que distinguieran unas gafas sin montura.


-¡Es Enrique Huertas! ¿Qué te pare…?- Guardó silencio.- ¡Vaya! ¡Que gusto! - El sonido de la alarma dejó de sonar en ese momento- Un minuto más y me hubieran tenido que internar en el psiquiátrico.


-¿Otra vez?


-Ja, Ja, Ja…Puedes ser todo lo irónico que quieras, pero te digo yo que ese ruido es como para volverse loca.- ¡Ni-Na-Ni-Na-Ni-Na!- Marta se volvió a tapar las orejas.- ¡Dios mío! ¡Aún lo oigo en mi cabeza!


-¡Mierda! Con eso no contaba.- Un coche oficial avanzaba por la carretera. Llevaba unas luces intermitentes en el techo- ¡No comprobé si la alarma tenía conexión con la policía!


- Pues ahora no podemos acercarnos. No sabría que contestarles si nos preguntan.


-¡Mierda, mierda y mierda! Salva golpeaba la guantera con el pie.


-Venga, no te pongas así. Relájate. Vámonos a casa y te das un baño.- Estás hecho un adefesio- Marta le miró a los ojos- Después de la depilación de las cejas, el paquete de belleza continúa con un buen afeitado - Le rascó la barbilla con dos dedos- ¡Tienes ya más pelo que un castor!

20 mondas:

luigi dijo...

El Castor Coqueto

c.hoyos dijo...

Luigi, pero afeitándose es un poco animal.

luigi dijo...

Sí, preferiría darle el tinte...

Sursum corda! dijo...

c.hoyos:

Nueve de cada diez dentistas me dicen que no me muerda las uñas si no acierto.

Puf. Pistas.

c.hoyos dijo...

Bien...El otro dia decían que no necesitaban más personajes...sin embargo, hoy aparece uno nuevo que nadie conoce.

Intrigado dijo...

Jérete.Entre reunión y cena un momento para saludar Ese gato que olisquea me trae recuerdos de alcantarillas.Kalinijta.

c.hoyos dijo...

Alcantarillas no, Intrigado. Pero como el gato, siga olisqueando. Buenas noches a usted también.

Sursum corda! dijo...

Bien c.hoyos

Hoy que contamos con la presencia de Intrigado ofrezca tres pistas al precio de dos.

c.hoyos dijo...

Vale, pero "no se me atropellen".

¿dos por tres?, si...puede ser.

Sursum corda! dijo...

Esto es como jugar tenis contra Nadal.

c.hoyos dijo...

¿En la Tenis ATP de Viena?

Sursum corda! dijo...

¿Me puede tararear la banda sonora?

c.hoyos dijo...

naa,na,na,na,naná naná
naa,na,na,na,naná naná
naa,na,na,na,naná naná
naá-ná.

Sursum corda! dijo...

Ya me sonaba a mí que esa peli la produjo un primo mío.

¿A que sí?

c.hoyos dijo...

Muy bien, Sursum. Su oído es tan buueno como su olfato.

Sursum corda! dijo...

Gracias c.hoyos, pero no entendí su respuesta a Intrigado y eso me despistó bastante. Estuve buscando hasta que vi al gato.

luigi dijo...

Aquí llega a participar el tercer hombre.....vaya, ya no hay nadie....

Sursum corda! dijo...

Muy bien luigi, aún queda tarta.

c.hoyos dijo...

Claro que sí, hay para todos. Esto es una fiesta, no un entierro. ¿a que ha estado bien?

Sursum corda! dijo...

Se lo aseguro.

Mañana más.