26/2/09

capítulo once

(el último enlace puede tardar en cargar, pero merece la pena)
El conocimiento nos produce seguridad. Si supiéramos lo que va a ocurrir a continuación, nos prepararíamos e incluso, jugaríamos con la idea de cambiar la línea de los acontecimientos para adaptarla a nuestro interés. Pero como no podemos discernir el futuro, nuestra naturaleza se rebela y nos hace sentir una atracción irreprimible hacía lo desconocido. El misterio nos fascina, nos llama y nos empuja a realizar actos, que en otras circunstancias, rechazaríamos sin dudar. Una tentación que nos hace olvidar que a veces la ignorancia es nuestra mejor compañera.

-Me duelen los pies.-Marta se había quitado un zapato y se frotaba el tobillo mientras se apoyaba en el brazo de Salva.-Menuda paliza nos hemos dado.

-Lo peor es que hemos perdido todo el día.- Frunció el ceño.-Mira la hora que es y estamos casi igual que esta mañana. Dos horas de cola, un montón de papeles con datos que no entiendo, y un paseo turístico por tres polígonos industriales y ¿qué tenemos?

-Una ampolla.

-De verdad que pensaba que, al menos, encontraríamos algún sitio abierto. –Salva chasqueó los dientes- Aunque ninguna de las naves parecía estar abandonada. Puede que las usen de almacén pero que en realidad el negocio lo tengan en otro sitio…-Colocó la mano sobre la de Marta. ¿Puedes andar?
-No, pero si pintas una rayuela en el suelo, igual te gano a la pata coja. Llevo un rato entrenando.

Salva miró hacia el fondo de la calle- Estamos a unos metros de la casa de Angelita. ¿Y si pasamos allí la noche? ¿Le molestará?

Marta se rió- Es capaz de tapiar la puerta para que no podamos volver a salir.

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

-¿Se puede saber que lleváis entre manos?-Angelita había terminado de cenar y se limpiaba la boca con una servilleta.

-No, entre manos, no. Marta le dio un codazo a Salva haciendo que le salpicara el café.-Anda saca lo del abrigo.

-¿Me habéis traído La Monda?

Salva le acercó un paquete pequeño.-Y algo más.-Lo abrió.

-¿Unos prismáticos?-¡Encima que os invito a cenar!

Marta se levantó y dejó los prismáticos en la repisa de la ventana. –Bueno, yo te los dejo, luego tu haz lo que quieras.-Bostezó -Nosotros lo que vamos a hacer es irnos a la cama.-La besó en la mejilla.-Se buena.

-Siempre lo soy- Angelita no pudo evitar girar la cabeza hacia la ventana .




6 mondas:

Anónimo dijo...

Los del segundo izquierda son unos hijos de papá.

c.hoyos dijo...

Y dígame tentado...¿sólo ha visto el edificio de enfrente o se ha paseado por las otras calles?

Anónimo dijo...

Remedando al diablo Cojuelo cada vez más hundidos en la iniquidad

luigi dijo...

Enfrente hay alguien que nos mira.

c.hoyos dijo...

Si Luigi, pero si es el pintor de la primera calle, yo de usted me iría a visitar a su tia la de Albacete.

luigi dijo...

Pues sí, podría ser él, así que me voy unos días a Albacete. Hasta la vuelta.