28/2/09

capítulo trece

Somos como brújulas de carne, que señalan hacia una dirección, nuestro destino. Nos encaminados derechos a él, unas veces directamente y otras, tomando atajos. Es un camino desconocido, en el que, sin embargo, no nos podemos perder. Nadie se ha salido nunca de su ruta prefijada, porque aunque perdamos el norte, siempre hay algo dentro de nosotros que nos reconduce y nos señala el camino a seguir.


-Estamos en números rojos.-Marta caminaba con las manos en los bolsillos, con la cabeza baja, mirándose la punta de los zapatos- ¿alguna idea para conseguir dinero?

-No hemos probado a navegar.

-Buena idea, creo que en los cruceros se organizan timbas. Ya sabes, yo le sonrío a todo el mundo y tú te concentras en sacar el As.

-Me refiero a Internet. Salva se puso un dedo en los labios, pensativo-Se me ha ocurrido que cualquiera de las empresas que firmaron el cheque han tenido que anunciarse en algún sitio. A lo mejor conseguimos un teléfono o una dirección de alguna oficina.

-Vale, vamos a un cibercafé.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-


-¿Seguro que esta es la dirección?-Salva miraba alrededor incrédulo.

Marta sacó un papel.-Calle del Gladiolo, esquina con calle de los Algodonales. Si, es aquí. -Le miró a los ojos- La empresa tiene que dedicarse a algo de energías renovables.

-¿Cómo lo sabes?


-Porque de punta a punta, todo es solar.



-Anda.-Marta le tiró del codo- Por aquí tiene que haber una cafetería. Te invito a una tila leyendo La monda



3 mondas:

Decibelio dijo...

Buenas tardes a todos.

Capítulo trece. Bello número.

Anónimo dijo...

Demuestra un gran ingenio y creatividad.Su blog es magnifico.Hoy no percibo alientos demoníacos porque los domingos descanso.

c.hoyos dijo...

Salmista, me esta usted tentando con el pecado de orgullo (y satisfacción). Pero siga, siga, creo que podré soportarlo.

Mil gracias.