26/3/09

capítulo veinticinco

A veces las cosas nos vienen rodadas. No suponen ningún esfuerzo para nosotros y solemos acogerlas de buen grado; casi de forma natural. No tienen por qué ser cosas extraordinarias ni de gran importancia, al contrario, son tan cotidianas que no nos damos cuenta de su existencia. La brisa que sopla en nuestra frente, la risa que acompaña un comentario nuestro…nos llueven del cielo y nos alegran el alma. Sólo cuando, por alguna causa, desaparecen momentáneamente de nosotros, nos damos cuenta de cuánto nos son necesarias. Y entonces, sólo entonces, tomamos la iniciativa.


-Despierta, vamos, despierta.-Marta zarandeó a Salva por el hombro.

-No, que hoy no hay cole.- Agarró la almohada con las dos manos y se tapó la cabeza.

-Escucha, tengo que irme un rato. Quiero asegurarme de que estás bien.

-¿Dónde vas?-Salva levantó sólo un poco los brazos para asomar la boca y la nariz.

-Me voy de excursión. He cogido unos cuantos folletos de publicidad. Voy a ver si hago algo de buzoneo. A lo mejor a alguien le hace falta que le revisen la instalación.

-¿Tan mal estamos?-El resto de la cabeza emergió de la almohada. Los ojos estaban muy abiertos y el cuello rígido.

-De momento no, pero hay que echarle imaginación a la cosa.- Marta le quitó la almohada y la puso a los pies de la cama.- Escucha, no te acordarás de memoria del teléfono del tal “Pablo no-se qué” ¿verdad?

-Me lo sé mejor que mi carnet de identidad. ¿Tienes un boli?-Salva cogió La monda que se había caído al suelo.

-Si, toma.

-Te lo anoto- garabateó unos números en un extremo del periódico. Recortó un pequeño pedazo del papel y se lo tendió.- Pero no creo que te sirva de nada. No lo coge nunca.

-No quiero que lo coja. Sólo quiero que suene.

-¿Que suene?

-Si, es como una especie de guerra psicológica…o ¡mejor! ¡Muerte por vibración!- Se levantó.- Bueno, me voy.- Miró la mesilla de noche, el vaso que había dejado unas horas antes seguía intacto.- Anda, tómate la leche, no estás tan malo como para no poder alcanzar el vaso .- Le dio un beso en la frente.- Volveré enseguida.



-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-

Marta observaba el chalet desde el coche. La puerta del garaje donde días antes había visto meterse al sedán oscuro permanecía cerrada. Abrió la guantera. Unas cuartillas de color amarillo cayeron al suelo. Recogió unas cuantas y salió.

“No hace falta ponerse nerviosa”-se acercaba a la casa intentando aparentar naturalidad- “Sólo vas a dejar algo de publicidad y de paso cotillear todo lo que puedas”.- Llegó hasta la puerta principal. Encima de la ranura del buzón había una placa con un número: cuarenta y uno. A la izquierda de la puerta había una ventana. Marta se alejó de la puerta, y miró hacia los lados, como si buscara el timbre. Desde su nueva posición veía de reojo una parte de la habitación. Un hombre joven, con unas gafas sin montura, estaba sentado en un sillón viendo la tele. Marta volvió a mirar a la placa de la puerta y nuevamente al hombre. Frunció el ceño. “¿Cuál es tu nombre, cuarenta y uno?”.

19 mondas:

Sursum corda! dijo...

c.hoyos:

Fiel a mi cita cinéfila no sé si voy a poder seguir la trama y las mondas Ya se sabe que los hombres no podemos hacer dos o más cosas a la vez, y las dos bien, claro.

Vaso de leche y enfermo me hace sospechar otra vez de Hitchcock.

La del final no me la sé, profe. Estaba estudiando en vez de ver más pelis.

Anónimo dijo...

!Buenos dias!Y muy buenos porque por fin la tenemos de vuelta,señal de que su problema puede haberse solucionado.
La peli de ayer,aunque la silla y la escayola despistan creo que la madre y la ducha nos remiten a una enfermedad mental.La de hoy no estoy muy seguro, tengo que rumiarlo.

c.hoyos dijo...

Sursum, frio, frio.

Intrigado, me alegro de verle a usted también por aquí. La verdad es que yo también les he echado de menos. Hasta al Salmista (ahora que no me oye).

La peli de hoy no es fácil. Se tiene que haber visto antes, aunque estoy segura de que todos lo han hecho.

Sursum corda! dijo...

¿Frío, frío?

Pues entonces hay DOS referencias y la primera le ha salido de c.hiripa. El vaso de leche intacto es Sospecha como que no me llamo Cary Grant.

Seguiré pasando frrrío.

c.hoyos dijo...

¡vaya! ¡Pues es verdad! ¿será que mi subcosciente trabaja sólo?.

Sursum, se merece usted un premio especial, La Golden dorada por descubrir lo que ni yo sabía.

Le falta una.

Anónimo dijo...

!Aleluya, aleluya,ha vuelto!

c.hoyos dijo...

Si Salmista, se vé que sus oraciones, además de efectivas, eran imperativas.

Gracias.

Sursum corda! dijo...

c.hoyos:

Ahora tendrá que repartir las felicitaciones con su subconsciente.

Bueno, tengo mucho frio ¿me da una cerillita?

Anónimo dijo...

Me alegra mucho su vuelta.ahora podre retomar mi costumbre de desayunar leyendo La Monda.

c.hoyos dijo...

Sursum, es difícil, ya lo avisé. Es una historia que se sitúa hace muchos años, cuando no existían cerillas. Aunque sí el fuego (no se pasen retrocediendo).

c.hoyos dijo...

Maria Paz, esa es una costumbre muy buena. Casi tanto como la mía. La Monda la leo justo antes de irme a la cama. Y luego duermo fenomenal.

luigi dijo...

¿buzoneando o buceando? (¡ese ojo!)

c.hoyos dijo...

Luigi, las dos cosas se suelen hacer cuando estás con el agua al cuello.

Sursum corda! dijo...

Ya le dije c.hoyos:

Yo en vez de estar viendo pelis estudiaba y no me la sé.

Bueno si da pistas para torpes...

c.hoyos dijo...

De acuerdo...no quiero que sea "esclavo" de este juego.

De todas formas, aquí todos remamos en la misma dirección, como en "galeras".

¿le vale? yo creo que ya es "vox populi".

Pero si necesita más ,me lo dice, aquí estamos para ayudar.

Sursum corda! dijo...

Bueno c.hoyos:

Me anima con sus ánimos. Pero sin las pistas ni me habría enterado.

Me ha acordado de la escena de la galera al dar usted la pistas, pero antes nada. Pensaba una de reclutas, de presos... y no me acordaba de nada que cuadrara.

¡Ritmo de ataque!

pom, pom, pom, pom, pom, pom, pom, pom, pom,

Sursum corda! dijo...

¿Un secreto? Lo mío era de Andersen.

Mu triste, mu triste, mu triste.

Sursum corda! dijo...

Lo que pasa es que no lo escribí bien.

Debería haber sido

Bueno, tengo mucho frio ¿Una cerillita?

c.hoyos dijo...

¡la pequeña cerillera! Si que es verdad que lo suyo es mu triste, mu triste.

Nada, lo del frío se arregla liándose la manta a la cabeza.

Y no se desanime, ya he dicho que era muy dificil, por eso tiene mérito lograrlo aunque sea con pistas.